El Síndrome de Burnout

El Síndrome del Burnout se trata de una forma errónea, inadecuada, en la que afrontamos el estrés crónico y presenta los siguientes componentes principales:

• Cansancio o agotamiento emocional: se pierde progresivamente la energía y afloran el desgaste y la fatiga
• Despersonalización: el individuo construye una defensa para protegerse de los sentimientos de impotencia, indefensión y frustración
• Abandono de la realización personal: el trabajo se devalúa, pierde el valor que tenía para la persona.

Se trata de un agotamiento emocional físico y mental que va ocurriendo a raíz del desgaste laboral. Cuando hablamos de desgaste laboral hacemos referencia no solamente a personas prestadoras de servicios, comerciantes o trabajadores dentro de una empresa; también puede ocurrir en personas que dedican su tiempo a ser amas de casa, a cuidar de sus hijos, en fin, todo tipo de trabajo.

Se describen cuatro niveles que pueden ser útiles para tener una orientación acerca de este síndrome:

Leve: quejas vagas, presentación de cansancio y una dificultad para levantarse por las mañanas

Moderado: cinismo, la persona tiende a aislarse, desconfianza y negativismo

Grave: existe un enlentecimiento, automedicación farmacológica, llegando a presentar cuadros psiquiátricos, consumo excesivo de alcohol u otras sustancias 

Extremo: aislamiento muy evidente, colapso, cuadros psiquiátricos y suicidio

La pandemia por COVID-19, ha traído consigo un aumento de este tipo de estrés: generalmente comenzamos a trabajar en horarios donde no estábamos acostumbrados, donde no nos dábamos ese respiro, ese descanso tan necesario para nuestra mente y cuerpo, donde nuestra forma de trabajar se vio modificada, apareciendo el teletrabajo, el cual nos obligó a confinarnos durante un tiempo prolongado, debido a la situación sanitaria, existiendo una falta de relacionamiento a nivel laboral. 

Así como una falta de este relacionamiento es perjudicial, también lo es un mal relacionamiento dentro del trabajo; cuando existe un clima laboral donde no nos sentimos incluidos, cuando no son valoradas nuestras ideas o nuestra labor, sin dudas puede llevar a un nivel de desilusión, de desmotivación o influir en nuestra autoestima.

Otras veces tenemos una carga de trabajo que nos sobrepasa pero debemos cumplirla por miedo a perder el empleo o no cumplir las expectativas de nuestros jefes: sustituir personas, trabajar más horas de lo común, doblegar el esfuerzo en el cumplimiento de tareas, si este tipo de situaciones se prolongan en el tiempo, es muy probable que nos terminemos “quemando”.

Cuando no le ponemos un alto esto, a las emociones de tristeza, de ira, así como una desmotivación, desilusión, va a ir afectando nuestra mente. Puede ser que se empiece a no querer hacer las cosas, a una falta de concentración, sentirme rechazado y hasta tener reacciones impulsivas, agresivas, etc.

¿Qué podemos hacer?

• Respetar nuestros horarios es un paso importante
• Evitar la sobreexigencia
• Tomarnos descansos
• Salir de nuestra casa a dar un paseo con las medidas de seguridad establecidas
• Hacer ejercicio mínimo 30 min al día
• Comer saludablemente
• Tener siempre un tiempo para socializar, ya sea con familiares o amigos. 

A la vez si hay algo dentro de mi trabajo que no me gusta o no me convence, expresarlo, ya que si nos guardamos lo que sentimos o lo que queremos decir, lo único que haremos es empeorar los síntomas de este estrés.